introspectiva

y en temporada de cerezas,
a pesar de que el viento sea del Sur,
en Madrid esta lloviendo.

Abrió la ventana del balcón y encendió un cigarrillo
Debían ser casi las 10 y las calles estaban recién regadas.
Pasó una chica en bicicleta.
Llevaba una baguette y un libro en la cesta, y también una margarita.
No supo si era la Maga, pero seguro que buscaba a Oliveira.

Siempre había creído que existía un mundo distinto al otro lado del espejo,
y ahora se sentía realmente lejos de aquella habitación.
No sabía como decirle que no aguantaba tanta indiferencia,
que no quería más momentos de silencio,
que no entendía muchas cosas.
Quizá dejar que anoche la lluvia le mojase la cara pudo ser un buen comienzo.

Comentaris

César Rina ha dit…
Me encanta lo que escribes. Ya te leía en tu fotolog, pero ahora tendré una oportunidad de contestarte.

Nos vemos pronto, beso
campanilla ha dit…
cojonudo!!!!!!!!!!
esto debió empezar a andar hace mucho tiempo.
un buen comienzo: aquella libreta en berlín, y la de copenhague.
que recuerdos.
y que ilusion.
lágrimas negras ha dit…
Hace unos días vi en un programa de cocina que se podía hacer de todo con las cerezas. Pasteles, helados y salados, creo que hasta se podía hacer pan con cerezas. Quise probar, pero antes de que se terminase de calentar el horno, me comí todas las cerezas de par en par... Asíque, por terminar lo que había empezado, hice una montaña de huesitos con un montón de nata por encima... Bienvenida al blog pichón! je t'aime
FeeL ha dit…
YO VENGO DE UN TIEMPO DE CEREZAS Luis Pastor

Yo vengo de un tiempo de cerezas
De la espiga del viento y de la hoz
Mapa que retiene la memoria
Como una fotografía en blanco y negro

Yo vengo de un tiempo que me nombra
Con espada de madera y crucifijo
En la escuela se cantaba el cara al sol
Y en la calle a Molina y Joselito.

Era el tiempo de ser niño.
Por la dulce voz, por el agudo grito
La calle una plaza abierta.
La plaza un planeta unido.
Con calles a muchas puertas.
Casas de abuelos y de primos

Era el tiempo del caballo y de la yegua
De los cerdos, las gallinas y los nidos
Y el huerto con todos sus manjares, olores y sabores
Que mi padre labraba, artesano del surco.
Escultor del manzano y de la higuera.
Sabio en su oficio, dueño de la azada y la guadaña
Gigante humano domando la tierra

Era el tiempo de la era y de la trilla.
Campanas y cigüeñas. Paraíso del pobre.
Pan y espigas
Era el tiempo del trino y el jilguero
Cantaor de coplas, ruiseñor de sueños

Era el tiempo de la radio y de los rezos
De las tristes procesiones para muertos
De los muertos tan cercanos a la era
De los lobos y bandidos por la sierra

Era el tiempo de los juegos en pandilla
De la comba, de la piedra,
Del pinchete, de la pídola
Y el verano, como un año al sol entero
Con siestas en la manta por el suelo

Era el tiempo de la madre y sus caricias
De su dulce voz, de sus ojos dulces,
De su tierna risa
Del abuelo y su secreto de tristeza
Que ahogaba cada noche con vino de taberna

Era el tiempo de la pana y los remiendos
Del café de estraperlo,
De la sopa de tomate y de patata
Del pecado que mata.
Del miedo, del castigo y del perdón
Era el tiempo de temer a Dios


UN REGALO DE TU MADRE.

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